ISLANDIA (6): DE MONTAÑAS DE COLORES, VOLCANES Y EXTRAÑOS PAISAJES



Jueves, 30/7/09: VÍK - KIRKJUBAEJARKLAUSTUR


El día de hoy promete ser de los más especiales del viaje. Nos adentraremos por primera vez algunos kilómetros hacia el interior de la isla hasta Landmannalaugar. Este es un territorio hostil, inaccesible la mayor parte del año, pero que alberga los mejores paisajes naturales de toda la isla. Inquietantes montañas volcánicas, ríos de lava extinguida, valles inaccesibles y un sinfín de excursiones posibles. El trayecto discurre por unas pistas bastante más fáciles que las de días anteriores -aunque sí bastante más largas-, pasando por infinidad de vadeos de ríos, algunos de ellos bastante grandes. Ya tenemos la experiencia del día anterior y esta vez intentamos -con éxito- no dejarnos el cárter en ninguno de ellos.
El paisaje va cambiando a medida te adentras en la isla. De las verdes colinas y planicies pasamos a las pequeñas montañas más escarpadas y a los pequeños valles surcados por cientos de arroyos. Serpenteantes pistas forestales suben por aquí y por allá, cruzan los arroyos una y otra vez en una especie de danza que entrecruza sus trayectorias.
Fue un momento mágico. Oímos de lejos el sonido de sus cascos sobre la tierra volcánica y paramos el coche a un lado de la pista. Una gran manada de elegantes caballos islandeses apareció galopando de detrás de una loma en dirección contraria a la nuestra. En la inmensidad de la nada, rodeados de tanta belleza paisajística realmente fue un broche de oro. Y el trayecto no había hecho más que comenzar.
Nos llevó algo más de hora y media llegar a Landmannalaugar, que se encuentra a unos 70 kilómetros de la civilización. Es llamada la tierra de los 1000 colores -o algo así- y no defrauda en absoluto. En el lugar únicamente hay un camping y un refugio, base de multitud de excursiones. No nos cruzamos con demasiada gente en todo el trayecto, pero pudimos observar que el camping acogía a bastantes huéspedes. Dejamos el Nissan en uno de los parkings de la entrada y nos dispusimos a iniciar la excursión que llevamos planeada. Nos llevará hasta la cima del volcán Blahnukur, a la postre la montaña más alta de los alrededores. 

El camping se encuentra a los pies de un inmenso mar de lava proveniente del volcán. Esa lengua de material retorcido y cubierto de musgo y líquenes tiene varios kilómetros de largo, alguno de ancho y unos 10 metros de alto. La primera parte de nuestra excursión consiste en cruzar este mar de lava por unos caminos convenientemente señalados. El sol se combina con negros nubarrones que hacen que los colores de las montañas adyacentes vayan cambiando como si de un caleidoscopio se tratara. Tras atravesar la lava, llegamos a unas grandes sulfataras en la ladera de la llamada “ola sulfurosa” - Breinnisteinsalda en islandés-, un acúmulo de pequeñas rocas rojas formada íntegramente por riolitos. Otra de las excursiones de la zona asciende hasta esta montaña, pero el Blahnukur que tenemos en frente es algo más alto y promete mejores vistas. Así que atravesamos otra colada de lava hasta llegar a un río de unos 10 metros de anchura, que nos separa de la falda del volcán. Desde allí, la visión del Blahnukur es fantástica. Una arista baja serpenteante hasta el propio caudal del río, y es la escalaremos para llegar a la cima. El río de aguas heladas es el primer escollo en nuestro camino. Sabemos que lo mejor es descalzarnos y pasarlo sin mojarnos el calzado, pero el lecho formado por rocas y la temperatura del agua no invitan a hacerlo así. Buscamos durante unos minutos el mejor lugar para vadearlo y confié en la estanqueidad de las botas para que no entrara excesiva agua. El agua llegaba a media pantorrilla, por lo que al final acabamos con los pies completamente empapados.  Además, en ese momento comenzó a llover de manera más copiosa, por lo que el tener los pies mojados ya no suponía un problema importante. 

A pesar que la traducción de Blahnukur significa “montaña azul”, las laderas del volcán presentan un aspecto completamente negro, compuestas por pequeñas piedrecitas volcánicas que no proporcionan mucha seguridad en el ascenso.  Y allí comenzó la verdadera ascensión a la cima del volcán Blahnukur, de 945 metros inmersos en una lluvia que cada vez era más copiosa, y que en algunos momentos se convirtió en granizo. Pero las vistas que se comenzaban a ver eran simplemente geniales, los paisajes más surrealistas y asombrosos que yo recuerdo. La naturaleza mostraba sus mejores galas, haciendo honor al nombre de la “tierra de los 1000 colores”. Montañas de diversos colores, que pasaban del negro al azul, del rojo al amarillo o al verde, coronadas muchas de ellas por una capa de blanca nieve. Al llegar a la cima pudimos observar con claridad la lengua de lava que se dirigía hasta el camping, el Breinnisteinsalda a nuestras espaldas, y la inmensidad de las montañas de diversos colores que se adentraban hacia el interior de la isla hasta donde alcanzaba nuestra vista. 
Bajamos empapados por la otra arista -de color verde esta vez- hasta el camping en un recorrido zigzagueante, de piedrecitas sueltas pero fáciles, mucho más fáciles que la arista de subida. En total fueron unas 4 horas de trekking que realmente merecieron la pena a pesar del remojón. Nos secarnos un poco y nos comimos nuestro típico sandwich del mediodía, mientras descansamos algunos minutos en el coche.  
Desde allí nos fuimos a ver el cercano cráter de Ljotipollur, que tiene 14 kilómetros de contorno con sus paredes de piedra de rojo intenso, en cuyo interior - a varias decenas de metros por debajo- alberga un gigantesco lago. Sorprendente. 
Retornamos en medio de la incesante lluvia por las mismas pistas y a en el Laki Hotel de Kirkjubaejarklaustur. El nombre del pueblo, seguramente con más letras que habitantes, no significa nada más que “lugar con iglesia, convento y granja”. Los locales, le llaman simplemente “Kirkju”. Allí nos quedaremos algunos días, que nos servirán para conocer la zona cercana al volcán Laki, y para descansar un poco. De momento nos acomodamos en el moderno y acogedor hotel -aún con alguna zona en construcción- para descansar de nuestra pequeña aventura.

1 comentario:

  1. Muy interesante tu relato; me ha gustado mucho. (viejo topo)

    ResponderEliminar